jueves, 25 de septiembre de 2008

la muerte es parte de la vida

7 consejos ante la muerte de un ser querido

Fuente: Catholic.net Autor: Ricardo Ruvalcaba, L.C.
“Ven, siervo bueno y fiel; entra en el gozo de tu Señor”
(Mt 25, 21) Ricardo Ruvalcaba, L.C.

1. La muerte es un momento de dolor donde sólo la fe puede iluminar de esperanza ese momento de tristeza. La muerte duele porque es un parto al cielo. Cuando muera un ser querido piensa si existía un “derecho” para retenerlo aquí y si era más tuyo que de Dios. Mira si no es egoísmo querer privarle de lo que ahora tiene: la felicidad eterna. ¿Estás seguro de que más tarde se iba a salvar…?

2. ¿Qué es la muerte? La muerte no tiene la última palabra: la vida no termina, se transforma. Los hombres que contemplan el sepulcro de Jesucristo viven en la esperanza de la Resurrección. La muerte nos revela lo que el hombre es: “polvo, ceniza, nada”. Quien muere deja una luz y alcanza otra. La muerte es el paso a la eternidad. La muerte es fin e inicio. Morir en gracia de Dios significa conquistar la cumbre, la meta, el abrazo eterno del Padre. San Francisco cantó: “Y por la hermana muerte, ¡loado mi Señor! Ningún viviente escapa de su persecución; ¡ay, si en pecado grave sorprende al pecador! ¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!”.

3. ¿Es mejor vivir o morir? “Para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia. Pero si el vivir en la carne significa para mí trabajo fecundo, no sé qué escoger... Me siento apremiado por las dos partes: por una parte, deseo partir y estar con Cristo, lo cual, ciertamente, es con mucho lo mejor...” (Flp 1, 21-23). La felicidad del hombre consiste en amar y ser amado. Cuando un alma parte a la casa del Padre ahí es amada por Dios y ama a Dios. Un día el hombre dejará de sonreír, de caminar y de cantar… pero nunca dejará de amar. En vez de recibir la muerte con lágrimas, deberíamos recibirla con una sonrisa porque nos conduce al encuentro, cara a cara, con nuestro Creador.

4. ¿Qué podemos aprender de la muerte? En la entrada de un cementerio español está escrito: “Hoy a mí, mañana a ti”. Lo capital para el hombre no es morir antes o después, sino bien o mal. San Agustín confesó: “Como es la vida, así es la muerte”. Ten presente que “Cuando un padre muere es como si no muriese, pues deja tras de sí –algunas veces- un hijo semejante a él”. (Si. 30, 4).

5. ¿Hay que temer la muerte? No, pero cuando se tiene miedo, por algo será… Opta por una muerte que te lleve al cielo. Que no te pase como aquel epitafio que decía: “Aquí yace un hombre que murió sin leer el libro que lo iba a salvar: la Biblia”. O aquel otro que decía: “He aquí un ateo que no tiene a dónde ir”. Hay que vivir de tal manera que si volviéramos a nacer elegiríamos seguir el mismo camino. Santa Teresa no temía la muerte, al contrario, ella decía: “Muero porque no muero”. Para desear la eternidad es necesario imaginar el abrazo del Padre.

6. ¿Por qué existe la muerte? Porque el hombre quiere ver a Dios y para verlo es necesario morir. El hombre surgido del polvo debe retornar al polvo y el alma surgida de Dios debe volver a Dios. Las dos verdades absolutamente ciertas de la vida son nuestra existencia y lo inevitable de nuestra muerte. Todos los hombres mueren, pero no todos viven. San Ambrosio predicó: “Es verdad que la muerte no formaba parte de nuestra naturaleza, sino que se introdujo en ella; Dios no instituyó la muerte desde el principio, sino que nos la dio como un remedio (...). En efecto, la vida del hombre, condenada por culpa del pecado a un duro trabajo y a un sufrimiento intolerable, comenzó a ser digna de lástima: era necesario dar un fin a estos males, de modo que la muerte restituyera lo que la vida había perdido. La inmortalidad, en efecto, es más una carga que un bien, si no entra en juego la gracia (…) No debemos deplorar la muerte, ya que es causa de salvación”.

7. ¿Por qué no sabemos el día que vamos a morir? Si supiéramos el día de nuestra muerte no viviríamos cada día con la misma intensidad. Nadie sabe ni cómo ni cuándo morirá. Nadie por más que se esfuerce puede añadir una hora al tiempo de su vida. La muerte es lo más cierto, pero el día es lo más incierto. No olvides que no es necesario ser viejo para morir. No vale la pena indagar el cómo, el cuándo ni el dónde moriré; pero sí vale estar preparado.

8. ¿Qué actitud debemos tomar ante la muerte de un ser amado? No rechazar a Dios porque nos lo ha quitado, sino agradecerle porque nos lo ha dado. “¿Conviene llorar a un muerto? Sí, pero no lamentarse cuando muere en aras de Dios”, como dijo un amigo. Dios es misericordioso y “la misericordia se siente superior al juicio” (St 2, 13) Porque “nuestra maldad es una gota que cae en el océano de la misericordia de Dios”. “Jesucristo crucificado está como un tapón entre la muerte y el infierno”. Dios es comprensivo porque sabe todo y saberlo todo es perdonarlo todo. Jesús nos enseñó: “Sed misericordiosos como vuestro Padre celestial es misericordioso”. Mientras que el apóstol Santiago escribió: “Habrá un juicio sin misericordia para el que no tenga misericordia hacia los demás” (St 2, 13) Recuerda: para obtener misericordia para uno mismo, es necesario tener misericordia hacia los demás. “Al final de la vida sólo queda lo que hayamos hecho por Dios y los demás”.
¡Vence el mal con el bien! El servicio es gratuito

pildora del día después

Consideraciones legislativas, científicas y antropológicas

Declaración del Instituto de Bioética de la Universidad Católica Argentina
(4 de diciembre de 2006)


A) Desde el punto de vista legislativo
Es llamativo que se aborde el tema de la llamada “píldora del día después” sin un verdadero debate transdisciplinario y bioético, como ha sucedido en los países que han tenido que definirse al respecto.
Es sabido que la “píldora del día después” no es solamente un anticonceptivo, y es por ello que tanto en Estados Unidos de Norteamérica, Canadá, como en los países europeos que la han aceptado, la ciudadanía democrática ha tenido la oportunidad de un amplio y extenso debate que en muchos casos ha implicado años. Ningún anticonceptivo ha tenido tantas dificultades para ser aceptado científicamente: ¿por qué será?
En esta misma línea de pensamiento, si este fármaco es un mero anticonceptivo que sólo varía en la forma de ingesta y no en sus efectos: ¿por qué nuestros legisladores buscan promulgar una ley especial y exclusiva para él?
No hace falta recordar que la Ley 25.673 indica que se distribuyan gratuitamente todos los “anticonceptivos que sean reversibles, no abortivos y transitorios” (arts. 6 y 7).
Es de suponer entonces, que los legisladores al saber que este “anticonceptivo” no cumple con todas las características indicadas en la ley (y es evidente que sí cumplen con la reversibilidad y la transitoriedad) quieran introducir “otra ley más”, que le asegure inclusión a esta píldora con efectos abortivos, que de otra forma quedaría correctamente eliminada del nomenclador.
La dignidad de la persona y su inviolable e innegociable derecho a la vida necesitan ser reconocidas y tuteladas por el derecho positivo.
Por lo tanto, podemos hablar de "derecho natural", con sus codificaciones legislativas, reafirmando que sus fundamentos no residen en el mero acto de la voluntad humana, sino en la misma naturaleza y dignidad de la persona. Es por esta razón que en la historia del derecho, la dignidad de la persona y el derecho a la vida, siempre han sido cuidados especialmente de la arbitrariedad de cualquier pacto social o del consenso de la mayoría.
No desconocemos que en nuestros días, existe una cierta tendencia en algunos grupos sociales que, exasperando la reivindicación de las libertades personales individuales, pretenden que surja en la conciencia colectiva, una mentalidad relativista donde nazca la exigencia a que el Estado deba garantizar y permitir prácticas y atentados contra la vida humana, especialmente cuando ésta es más débil, frágil y necesitada.
Por esto, unidos a muchas otras voces que reconocen, científica y éticamente el derecho a la vida como un derecho primario, el Instituto de Bioética, pide a las personas del derecho y a los legisladores, que elaboren dictámenes y normas jurídicas acordes a la verdad del Hombre (varón y mujer) y en tutela de su Libertad, que no puede existir si no se respeta toda vida y toda la vida.

B) Desde el punto de vista científico
Aunque, como decíamos, no ha existido un debate serio y maduro, se ha hablado en los medios con superficialidad sobre si la píldora en cuestión es “científicamente no-abortiva” y “religiosamente abortiva”. Es metodológicamente incorrecto desconocer el diálogo enriquecedor y dinámico que se da entre las ciencias duras y las ciencias humanistas. No es el lugar para explicitar los nuevos paradigmas científicos, sino para aportar, sin polémicas, datos que completen la información que no ha sido dada por los responsables.
Este fármaco actúa en cuatro sitios: 1. el eje hipotálamo-hipófisis- ovario (inhibe la ovulación), 2. el cuerpo lúteo (efecto luteolítico), 3. las trompas de Falopio (alteración de la motilidad tubárica) y 4. el endometrio uterino (alteración del mismo). Al mismo tiempo provoca diversos efectos y su eficacia depende de dos factores: A) la precocidad de la ingesta y B) la fase del ciclo menstrual en que se encuentra la mujer cuando la realiza.
Por brevedad de este comunicado, reflexionamos sobre los efectos que se pueden producir cuando no se logra la inhibición de la ovulación:
- a) Alteración de la motilidad tubárica: existiría una disminución de la aceleración de la motilidad tubárica con la consecuente dificultad de transporte del embrión. (1)
- b) Modificación de la estructura del endometrio: estas modificaciones son las responsables de impedir la anidación del embrión en el útero (efecto anti anidatorio o anti implantatorio). Las diferentes publicaciones, estudian la morfología y la funcionalidad del endometrio y recurren en particular al factor temprano de embarazo (Early Pregnancy Factor EPF), que se encuentra en el suero materno desde la sexta hora después de la fecundación. Una variación en la fase pre y peri implantatoria, indicaría una fecundación que no podrá anidar o implantarse. (2)
En síntesis:
- Si todavía la mujer no ha ovulado al momento de ingerir la droga, ésta podría detener el proceso de maduración del óvulo y no habrá fecundación y por lo tanto no hay aborto.
- Si la mujer está en la ovulación o muy próxima a la misma y, efectivamente se produce la fecundación, la droga actúa sobre las trompas de Falopio y el endometrio, no permitiendo que se desarrolle correctamente y en condiciones para que se implante el embrión, produciéndose un aborto precoz.

C) Desde el punto de vista antropológico:
Quien recurre a esta droga (aunque sea por angustia y temor) tiene la intención de eliminar e interrumpir consecuencias naturales del acto sexual: la procreación, en general y el procreado, en particular. (3)
Tanto la filosofía como la teología, en consonancia con los principales tratados internacionales sobre la vida humana y los derechos del niño y, sobre la base de un análisis biológico completo, afirman que el embrión humano vivo (formado a partir de la unión de los gametos) es un sujeto humano, existente, con una identidad bien definida, diferente al padre y a la madre, el cual comienza desde ese momento, a actualizar su propio desarrollo, en forma coordinada, continua y gradual; de modo tal que nunca es una simple masa de células sino, siempre, un sujeto.
Como tal, tiene derecho a su propia vida y en consecuencia, cualquier intervención que no sea a su favor, viola su derecho a la vida. Ningún fin, incluso supuestamente considerado bueno, puede justificar una intervención que produzca la muerte y eliminación de un ser humano. Un fin bueno, no hace buena una acción en sí mala.
Desde la Bioética personalista, proponemos la superación de ciertas ambigüedades que nos presenta el paradigma de una autonomía descontextualizada. Estamos frente a una antigua dinámica por la cual se quiere interrumpir la continuidad o correlación de los valores y las virtudes correspondientes a la vida humana. Desarticular la unidad esencial de la persona humana, nos lleva a una dualidad desintegradora incompatible con dicha vida.
El Proyecto de Ley que surge del Dictamen de Comisiones, ha eliminado el derecho a la objeción de conciencia. Esta deliberada estrategia de exclusión es sumamente grave y viola toda la larga tradición ciudadana y democrática de uno de los Derechos Humanos fundamentales: la libertad de conciencias de los ciudadanos. La dignidad de todas y cada una de las personas, nos habla de la conciencia individual y de la indignidad de aquellos que pretendan limitarla o condicionarla. La mujer y todos los ciudadanos tienen el derecho a conocer todos los mecanismos posibles de acción de la “píldora del día después” por medio de una información clara y objetiva, para que puedan decidir con pleno conocimiento y recta conciencia sobre la conducta a seguir frente a este fármaco. (4)
Hacemos un llamado formal, como académicos y ciudadanos, a nuestros gobernantes para que cuiden como un valor precioso, la vida y la libertad responsable de todos.

P. Lic. Mg. Alberto G. Bochatey, O.S.A., director Instituto de Bioética de la Facultad de Ciencias Médicas de la Pontificia Universidad Católica Argentina

Notas:
[1] J.M. Morris, G. van Wagenen, Interception: the Use of Postovulatory Estrogens to Prevent Implantation, Am J Obstet Gynecol 1973; 115: 101-106.L.A. Cole, D.B. Seifer, A. Kardana, et al., Selecting Human Chorionic Gonadotropin Immunoassays: Consideration of Cross-Reacting Molecules in First-Trimester Pregnancy Serum and Urine, Am J Obstet Gynecol 1993; 168: 1580-1586; D.K. Edmonds, K.S. Lindsay, J.F. Miller et al., Early Embryonic Mortality in Women, Fertil Steril 1982; 38(4): 447-453.
[2] A.C. Cavanagh, An Update on the Identity of Early Pregnancy Factor and its Role in Early Pregnancy, J. Assist Reprod Genet 1997; 14: 492-495; R. Bose, An Update on the Identity of Early Pregnancy Factor and Its Role in Early Pregnancy, Ibid., pp. 497-499. N. Noyes, H.C. Liu, K. Sultan et al., Endometrial Tickness Appears to Be a Significant Factor in Embryo Implantation in In-Vitro Fertilization, Human Reprod 1995, 10 (4): 919-922; Y. Gonen, R. F. Casper, W. Jacobson, et al., Endometrial Thickness and Growth During Ovarian Stimulation: a Possible Predictor of Implantation in In-Vitro Fertilization, Fertil Steril 1989; 52: 446-450. M.R. Van Santen, A. A. Haspels, H.G.F. Heijen, et al., Interfering with Implantation by Postcoital Estrogen Administration. II. Endometrium Ephitelial Cell Ultrastructure, Contraception 1988; 38: 711-724. J.A. Board, Endometrial Carbonic Anhydrase after Diethilstilboestrol as a Postcoital Antifertility Agent, Obstet Gynecol 1970: 36: 347-349. A.A. Kubba, J.O. White, J. Guillebaud et al., The Biochemistry of Human Endometrium after Two Regimens of Postcoital Contraception, a D (-) Norgestrel/Ethinylestradiol Combination or Danazol, Fertil Steril 1986; 45: 5212-516. A.A. Yuzpe, H.J. Turlow, I. Ramzy et al., Postcoital Contraception: a Pilot Study, J Reprod Med 1974; 13: 53-61; W.Y. Ling, W. Wrixon, I. Zayid, et al., Mode of Action of dl-Norgestrel and Ehinylestradiol Combination in Postcoital Contraception. II. Effect of Postovulatory Administration on Ovarian Function and Endometrium, Fertil Steril 1983; 39. 292-297. W.Y. Ling, W. Wrixon, T. Acorn, et al., Mode of Action of dl-Norgestrel and Ethinylestradiol Combination in Postcoital Contraception. III. Effect of Preovulatory Administration Following the Luteining Hormone Surge on Ovarian Steroidogenesis, Fertil Steril 1983; 40-631-636. E. Graymond, L. P. Lovely, M. Chen-Kok et al., Effect of Yuzpe Regimen of Emergency Contraception on Markers of Endometrial Receptivity, Human Reprod 2000; 15 (11): 2351-2355. J-d. Wang, J. Wu, J. Cheng et al., Effects of Emergency Contraceptive Mifepristone and Levonorgestrel on the Endometrium of the Time of Implantation. In: Proceeding of the International Conference on Reproductive Health, 1998 mar. 15-19; Mumbai, India. B.M. Landgren, E. Johannison, A.R. Aedo, et al., The effect of levonorgestrel administered in large doses at different stages of the cycle on ivarian function and endometrial morphology, Contra ception 1989; 39: 275-289. B. A. Lessey, A.J. Castelbaum, C.A. Buck, et al., Further characterization of endometrial integrins during the menstrual cycle and in pregnancy, Fertil Steril 1994; 62: 497-506. B.A. Lessey, A.J. Damjanocìvich, C.A. Buck, et al., Integrin adhesion molecules in the human endometrium. Correlation with the normal abnormal menstrual cycle, J Clin Invest 1992; 90: 188-195.
[3] Cfr. Di Pietro, Maria Luisa; Monacori, Roberta: La Conraccezione D’emergenza, Medicina e Morale 1 (2001) 11:39. Cfr. Instituto de Bioética: Sobre la Píldora del Día después, Buenos Aires, UCA (2004)
[4] W.L. Larimore, J.B. Stanford, Postfertilization Effects of Oral Contraceptives and Their Relationship to Informed Consent, Arch Fam Med 2000; 9: 126-133.